La oscuridad había caído hacía horas sobre la ciudad, convirtiendo aquel lugar lleno de vida durante las horas de sol en un páramo desierto de gente. Cierro la cremallera de mi abrigo mientras voy al encuentro de mis amigos. Cuando los encuentro nos ponemos en marcha de nuevo.
Ha sido un día largo, hacer turismo es agotador, y más si te pasas 12 horas de pié y sólo 4 en la cama la noche anterior. Los pies me pesan y la espalda me está matando, pero aguanto un par de horas más antes de dar por concluida la jornada.
Nos tomamos la primera...