Los rayos de sol entraron implacables en la habitación. Se encontraba acurrucado entre las sábanas de la cama, pensativo, observando el hueco de la cama en el que había estado su ligue de aquella noche. Se volvió hacia aquél hueco y rodeó la almohada con los brazos mientras la habitación se iluminaba suavemente, hundió su cara en ella y aspiró el olor a colonia y hombre que todavía quedaba en ella, aquél olor le recordó la gran noche que pasó con él.
Recordó cómo lo conoció bailando en aquél bar, cómo sus miradas se cruzaron en la oscuridad y ambos se acercaron para bailar y así verse más de cerca. Tras un rato bailando sin parar de mirarse el uno al otro supo que había una fuerte atracción física entre los dos. En cuanto rodeó su cintura con las manos y apretó sus nalgas bajo los pantalones sintió como su miembro se endurecía. En el momento que le susurró aquellas palabras al oído y notó el miembro duro de su compañero de baile tan cerca de sí sabía que aquella noche rompería su mala racha.
El frenesí de deseo y sexo comenzó nada más abrir la puerta de casa. Su acompañante le despojó de toda la ropa que llevaba antes de empotrarlo contra la pared y comenzar a besarlo por todo el cuerpo con fuerza. Poco después se arrodilló en el suelo y comenzó a lamerle el miembro; su técnica era espectacular, consiguió arrancarle un gemido mientras se estremecía de placer. Cuando acabó le dio la vuelta y comenzó a besar la parte baja de su espalda, continuo así hasta bajar a sus nalgas, cuando llegó las separó con sus manos y besó su ano. Se transportó a otro mundo en aquel momento, un mundo en el que sólo era capaz de sentir el mayor placer que había sentido en su vida.Un azote en las nalgas lo devolvió a la realidad. Lo vio levantándose y quitándose la ropa que aún llevaba; le ayudó a despojarse de la ropa y lo dirigió hasta la cama, una vez ahí lo empujó sobre las sábanas y se arrodilló para arrancarle el slip que llevaba puesto. Una pequeña mancha de humedad estaba presente en la prenda, su olor lo excitó todavía más. Comenzó a devolverle el favor que le había hecho unos instantes antes, posó sus labios sobre su miembro para que continuara el espectáculo.
Continuaron hasta que no pudieron retener las ganas de hacerlo de verdad. Sacó los preservativos y el lubricante de la mesilla de noche y se lo puso a su acompañante. Lo besó en los labios antes de abrirse de piernas para él. Su miembro duro cual roca lo atravesó a la primera. Lo hicieron cara a cara, sintiendo la respiración del otro mientras empujaba su miembro entre sus nalgas, notaba cómo estaba más dura a medida que lo penetraba. Un gemido de placer máximo precedió a un abundante chorro blanco que se esparció sobre su pecho sudoroso antes de que su compañero llegara al clímax. En cuanto salió de su interior su acompañante se quitó el preservativo y reptó hasta poner su miembro a la altura de su boca, agarró su cabeza con la mano izquierda mientras disfrutaba de la escena. Cuando llegó el momento soltó todo el contenido sobre su cara, notó el calor de su semen mientras corría por sus mejillas.
Lo besó en los labios al acabar la faena, antes de que ambos se ducharan y dieran por finalizada la noche.
Continuó aspirando el olor de la almohada, los recuerdos de la noche anterior le levantaron el ánimo entre las piernas. Aquella mañana no había quién le ayudara con aquel problema. No tenía esperanzas de volvérselo a encontrar, ni de volver a compartir su cama con él, pero había pasado una noche que tardaría en olvidar, y aquello era con lo que se iba a quedar.
Daba comienzo un nuevo día, se levantó de la cama y caminó hacia la entrada de su casa mientras su miembro se balanceaba entre sus piernas. Comprobó las llamadas del teléfono pero no había ningún mensaje... hasta que se fijó en un pequeño trozo de papel que no estaba antes ahí. Lo cogió con curiosidad, había un número de teléfono escrito dentro.
Puede que después de todo aquella noche se repetiría tarde o temprano. Su miembro volvió a adquirir la dureza de la noche anterior. Aprovechó aquella buena noticia en forma de papel para empezar la mañana con mejor pié, sólo tuvo que agarrárselo con la mano derecha para hacerlo. Disfrutó, y pronto disfrutaría todavía más.
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Sunlight went through the window of the room. He was curled up in bed, thinking, staring at the empty side of it where his one-night-stand lay last night. He turned toward that side and hugged the pillow with his arms while the room was lighting up little by little. His face came closer to the pillow and he smelled the perfume he had left, a smell that made him remember the great night he had.
He remembered how he met him dancing in that club, how their eyes met each other in the dark and both came closer to dance and to take a closer look at one another. After a little while dancing and not even taking their eyes off of each other, they knew there was an obvious attraction between them. As soon as he wrapped his arms around his waist he felt that something was getting hard inside his pants. When he whispered those words in his partner's ear and felt he was hard, he knew his bad streak would be over.
Their desire and sex feeling started with a passionate entrance at his home. His partner took off all his clothes and pushed him against the wall while kissing his body fiercely. After that he got down on his knees and started licking his dick. His technique was spectacular, his partner moaned while shuddered with pleasure. When he finished he made him turn around and started kissing the lower part of his back. He went down till he reached his buttocks when he opened them and kissed his anus. He transported to another world, a world in which he could only feel pleasure, the greatest kind he had ever felt in his life.
A spank he felt in the buttock made him come back from that world. He saw him getting up and undressing. He helped him take off his clothes and took him to bed. When they got there he pushed him toward it and got on his knees to take off the slip he was wearing. A little stain of excitement made him realise how hot everything was and turned him on even more. He repayed him by sucking him as well as he did to him earlier.
They went on like that until they couldn't bear the urge of taking a step forward. He took the condoms and the lub from the bedside table and he placed it on his partner. He kissed him on the lips before opening up for him. His hard dick slipped in. They did it face to face, feeling the breath of one another while pushing in and pulling out. A moan of maximum pleasure came out of the bottom's mouth as well as a white splash ended on his sweaty chest just before his partner reached the climax. He pulled out his dick, took off the condom and he placed himself close to the other's mouth, grabbing his head with his left hand, enjoying the scene. When he was there he shot the load all over his face. His partner felt the cum went down through his cheeks.
He kissed him on the lips after finishing, before they had a shower together and the night coming to an end.
He kept on smelling the pillow, remembering everything that happened the night before, and getting hard with it. That morning he had no one to help him with that. He didn't expect coming across him again nor sharing the bed either, but he had a night that would last in his memory for a long time and that was enough to him.
A brand-new day arrived. He got up and went to the entrance of his house while he still felt his dick a little hard. He checked the answering machine but there was no message left... It ws then when he realised there was a piece of paper he hadn't seen before. He took it with curiosity and he saw a mobile number written on it.
He thought that night may happen again after all. His dick went rock hard thinking about it. He took advantage of that good start of the day and grabbed his dick with his right hand. He thought of the good time he had last night and the great times yet to come.
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