Los días parecían pasar más rápido desde aquel encuentro en el comedor, desde entonces siempre miraba atentamente a través los cristales de la enfermería mientras entrenaban los soldados. Él siempre estaba ahí, entrenando, y, de vez en cuando, miraba hacia la enfermería. Siempre se ocultaba bajo la ventana como un niño cada vez que miraba hacia ahí, sonrojado y nervioso.
Algunos
días después, mientras estaba ordenando todo el instrumental de la enfermería,
tuvo una visita de su solado favorito. Todavía recordaba el vuelco que le dio
el estómago cuando lo vio pasar adentro. Tenía los brazos cubiertos de cortes y
magulladuras, resultado de algún tropiezo durante el entrenamiento.
Lo
sentó en la camilla y le trató las magulladuras mientras este le contaba cómo
había tenido el accidente. No era una historia tan apasionante como el hecho de
poder tocarlo y contemplar su torso desnudo; tenía la piel suave y sin vello,
el olor a sudor que desprendía bastó para volver a notar aquella dureza en la
entrepierna.
Cuando
terminó de tratarlo su soldado favorito le estrechó la mano, manteniendo la
mirada fija en sus ojos, y se presentó: Se llamaba Kris. En aquel momento no
pudo evitar sonrojarse, la voz se le cortó y las palabras que iba a pronunciar
se perdieron en el aire por el nerviosismo del momento. La vergüenza que sintió
lo obligó a tener que excusarse para ir al almacén junto a la enfermería y salir de
aquella situación; salió de la sala con las mejillas sonrojadas mientras
escuchaba cómo su paciente soltaba una risita pícara.
De
nuevo se encontró con las manos en la cara, apoyado contra la puerta, tratando
de tranquilizarse. Cuando se serenó notó que alguien se había apoyado sobre el
otro lado de la puerta, las palabras que escuchó después cambiaron su vida:
“Eres
un tipo curioso, me he estado fijando en ti desde que entraste en el cuartel, en
tu forma de mirar a los demás y sobre todo en tu actitud hacia mí. Tal vez
fuera muy precipitada mi manera de actuar hace un par de días, más que nada por
la forma en la que saliste del comedor, si te incomodé te pido disculpas, pero
me gustaría conocerte mejor, si me dieras una oportunidad. Porque sé que eres
como yo”.
Sus palabras lo sorprendieron, continuó apoyado en aquella puerta mientras asimilaba lo que acababa de escuchar. Lo deseaba, incluso podía afirmar en su mente que se había enamorado de él, sólo tenía que abrir la puerta para tenerlo frente a él, pero no se atrevía a dar el paso. "Al menos dime tu nombre" escuchó afuera. "John" fue lo único que pudo decir. Quería abrir aquella puerta, pero le faltaba el valor necesario para dar aquél paso, tubo suerte de que Kris lo hiciera por él. "Voy a entrar" dijo con tranquilidad antes de abrir la puerta. John se hizo a un lado con el corazón acelerado en cuanto entró en la sala. En cuanto se puso en frente suyo y reunió el valor suficiente como para mirarlo a los ojos lo abrazó con todas sus fuerzas, no sabía si había hecho lo correcto, pero cuando Kris le devolvió el abrazo supo que no se arrepentiría jamás de lo que había hecho.
El primer beso entre los dos fue memorable, se acercó suavemente a sus labios y lo besó con ternura en los labios. Poco después cerró la puerta del almacén desde dentro, para que nadie pudiera molestarlos. Continuaron abrazados largo rato, hasta que acabaron desnudos en el suelo de aquel lugar. John le abrió las piernas y beso su ano antes de hacerle el amor cuidadosamente. Ambos disfrutaron de la primera experiencia juntos.
No fue la última vez que compartieron aquel momento juntos, siempre encontraban la forma de escaquearse de sus quehaceres o de encontrar un lugar alejado de todo el mundo para vivir el momento. Kris y John estaban enamorados, sabían que había mucha polémica en el ejército con la gente como ellos, por ello tuvieron mucho cuidado de ser discretos en público.
Todo iba viento en popa... hasta que aquella guerra sin sentido comenzó. Todos los escuadrones se movilizaron hacia la zona de combate, en un frenético ir y venir de gente. La suerte quiso que los dos sirvieran en el mismo pelotón, no hubo opción de negarse a ir al frente, porque todos estaban obligados a hacerlo. Quisieron pensar que aquella guerra no sería para tanto, que no tendrían que combatir, pero estaban equivocados, todos vivieron aquella horrible experiencia en primera persona y, tras varios días de combate, apenas quedaban ellos dos en su pelotón.
John volvió a la realidad cuando abrió de nuevo los ojos en aquella trinchera. Kris estaba a su lado, rodeando su cintura con su brazo. "Saldremos de esta" dijo dándole un beso en la mejilla, "Te llevare a mi casa y podremos hacer todo lo que siempre hemos querido hacer". John lo miró a los ojos, no deseaba otra cosa que hacer lo que Kris decía, quería salir de aquel lugar, huir lejos, junto a él. No les importó que los pocos supervivientes de su pelotón estuvieran mirándolos, se besaron ahí mismo, con todas sus fuerzas y con lágrimas en los ojos, presa del miedo y de la desesperación del momento.
Tras escuchar otro bombazo cerca de la posición en la que se encontraban, su superior dio la orden de retirada. Todos se alejaron de la zona lo más rápido que pudieron, hacia los transportes que los llevarían hacia un lugar seguro. Todo parecía ir bien, la salvación estaba cerca, pero en cuanto se disponían a salir de aquella trinchera la última bomba cayó sobre ellos. Kris abrazó a John en un intento por salvar la vida de ambos, pero fue inútil la bomba estalló junto a los dos. El último suspiro lo dedicaron a darse el beso de despedida.
Ambos cerraron los ojos lentamente, sintiendo como los últimos latidos de sus corazones unidos se apagaban.
Days seemed to go by faster than usual.Since the momenthe met the soldier he looked through the window of the infirmary while soldiers entered. He was always there, working out and sometimes he looked at the infirmary. He always hid below the window like a child every time he looked there, blushing and nervous.
Some days after, while he was organising all the equipment of the infirmary, he had a visit of his favourite soldier. He still remembers how his heart skipped a beat when he saw him walked in. His arms were covered by cuts and bruises as a result of a trip during his training.
He made him sit down and took care of his bruises while the soldier told him what happened. It wasn’t an interesting story as it was the fact of being able to touch him and see his nude chest. His skin was soft and hairless and the smell of sweat from the training made the doctor feel something growing between his legs.
When he finished healing him the soldier shook his hand having his look on the doctor’s eyes and, then, he introduced himself: “My name in Kris”. In that moment, he couldn’t help blushing; his voice pressed the mute button and the word didn’t come out. The embarrassment he felt made him make an excuse up to go to the store next to the infirmary to avoid that awkward situation. He went out still blushing while he could hear the soldier laugh softly.
He found himself in the same situation he was the previous day: all randy leaned against the door, trying to cool off. When he felt a little cooler he felt someone had leaned against the same door on the other side. The words he heard then changed his life:
“You are a curious bloke. I have been checking you out since you came to the quarter. I’ve noticed the way you look at the others and, above all, your attitude toward me. Maybe my way of acting was a little rough the other day, mostly taking into account the way you ran out of the canteen. I apologise if I made you uncomfortable but I’d like to get to know you better if you gave me the chance. I know you are like me.”
His words caught him by surprise. He kept leaned against the door while he was trying to overcome what he had just been told. He wanted him, he could even confirm in his mind he had fallen for him. He just needed to open the door to have him in front of him. But fear made him stop. “At least tell me your name” Kris said from the other side of the door. “John” whispered stuttering. He wanted to open the door but he felt lack of courage to take that step. He was lucky because Kris did it for him. “I’m coming in” said with a calm voice before opening the door. John stepped aside feeling his heart beating fast. The soldier stood in front of the doctor. John gathered the inner strength he thought he didn’t have and looked at Kris in the eyes and hugged him passionately. He didn’t know if he made the right choice but when Kris hugged him back he knew he would never regret having done what he did.
The first kiss between them was memorable. He approached him, came closer and closer to his lips and kissed him softly. Instantly, he closed the door of the store from inside not to be disturbed. They hugged for a while till they ended up naked on the floor. John opened Kris’ legs and licked his anus before making love. Both enjoyed their first experience together.
It wouldn’t be the last time they had such a good time together. They always made time to sneak out and find a remote place where they could enjoy each other. Kris and John were in love, they knew their love was controversial in the army, so they kept it to themselves and decided to be discreet while being in public.
Everything was going in the right direction till that senseless war began. All of the squadrons moved to the warzone in a frantic journey toward their fate. Luckily, theyended up in the same squad even if they would have liked to stay out of the war. They thought that war wouldn’t be tough and bloody that they wouldn’t have to fight. Obviously, they were wrong. Everyone experienced that war in the worst way possible and after some days fighting they were nearly the last ones standing in their squad.
John came back to reality when he opened his eyes in that trench. Kris was next to him with his arms around his waist. “We will get through this” he said kissing his cheek. “I’ll take you home and we will be able to do everything we always wanted.” John looked into his eyes. He had never wanted anything as badly as he wanted what Kris had just said. He just wanted to go away from that damn place with him. They didn’t mind all the little survivors that were lyingnext to them were looking and kissed right there with all the passion they had and tears in their eyes due to fear and despair of the moment.
After hearing another bomb go off nearby their superior ordered retreat. They all went away as fast as they could, heading for the transportation that would take them to a safe place. Everything was apparently OK, safety was close but when they were about to get out of the trench a last bomb went off next to them. They found each other in the moody and filthy surroundings to kiss each other for the last time.
They both closed their eyes slowly, feeling how in their last breath they would be together dying in the arms of each other.