Doubts ~ Hunklopedia

martes, 2 de octubre de 2012

Doubts

Era tarde, el sol se había ocultado hacía algunas horas, pero él todavía continuaba en el gimnasio. Era un lugar donde podía no pensar, un lugar donde le era imposible darle vueltas a la cabeza, era el único lugar donde podía sentirse en paz durante un par de horas antes de volver a la realidad.
La estancia estaba vacía, estaba sólo haciendo pesas, sólo, hasta que él apareció. Sólo lo conocía de vista, a pesar de que siempre estaba ahí entrenando, los mismos días a la misma hora, siguiendo la misma rutina que lo había convertido en lo que era en aquél entonces. No había intercambiado con él más de un "hola" o un "pásame ésa barra" , pero en el fondo le suscitaba cierta curiosidad.
Sin prestar demasiada atención continuó con lo que estaba haciendo, se tumbó en uno de los bancos de ejercicio y empezó a hacer más pesas. A medida que levantaba el peso sintió los brazos más flojos durante un momento, sus fuerzas flaquearon y temió que la barra con las pesas cayeran sobre él, pero una mano amiga lo ayudó a sostener el peso. Sin mediar palabra aquella persona continuó ayudandolo para que terminara la serie de ejercicios. En el momento en el que colocó la barra en el soporte y vio aquellos ojos azules el tiempo se paró en su mente. El corazón le dio un vuelco y se sonrojó de repente. Nunca le había pasado algo así. Avergonzado recogió sus cosas y salió de la habitación.
Volvió a casa haciendo lo que menos le gustaba: darle vueltas a la cabeza. Hacía tiempo que lo sospechaba, aquella sensación cada vez que veía a algún compañero de gimnasio salir de la ducha, o cuando había un cruce inesperado de miradas con alguien del mismo sexo. Cada día las evidencias al respecto iban creciendo, le daba miedo admitirlo pero le gustaban los hombres, y aquello era algo que no podía cambiar.
A la tarde siguiente volvió al mismo lugar, esperando no volver a cruzarse con aquella persona. Hizo lo de siempre, hasta la misma hora, intentando no pensar en nada más que en el ejercicio. Pero a la misma hora de siempre, horas después de que el sol se ocultara, apareció de nuevo. Cada uno estaba en un extremo de la habitación pero se podían palpar la tensión y las dudas en el ambiente.
Acabó su ronda de ejercicios y se dispuso a salir del gimnasio. Su salvador de ayer todavía seguía levantando pesas. Pensó en agradecerle la ayuda prestada, pero tenía miedo de que volviera a ocurrir lo mismo del día anterior. Se giró un momento para verlo de nuevo mientras alcanzaba la salida: tenía su misma edad y tenía muy buen cuerpo. Notó cómo la sangre bajaba hasta su segundo cerebro, que comenzaba a presionar contra los shorts que llevaba para hacer ejercicio. Fue entonces cuando su salvador se giró de repente para verlo a él también. En aquel momento no sabía donde meterse, despistado tropezó con una pesa que alguien había dejado en el suelo y cayó de espaldas al suelo.
Pidió que la tierra lo tragara en aquél momento tan vergonzoso, y lo peor no fue la caída, sino el problema que tenía bajo la ropa interior. Su salvador no pareció fijarse en aquello cuando se acercó para tenderle la mano. Dudó en coger la mano o no, pero al final acabó cediendo. Lo ayudó a levantarse del suelo y entonces hubo otro cruce de miradas. Sintió que se ahogaba en aquellos ojos azules. Las única palabra que le salió en aquél estado fue "Gracias".
Su salvador le secó el sudor de la frente con la mano que todavía no había soltado. Apartó los mechones sudados de su pelo para acabar acariciando sus mejillas sonrojadas. Luego puso el pulgar sobre sus labios, se acercó a él y lo besó, posando suavemente sus labios sobre los suyos.
Fue entonces cuando no tuvo que preocuparse más por sus dudas o prejuicios, agarró la cabeza de su salvador con las dos manos y le devolvió aquél beso con más fuerza que nunca. Acabaron desnudos en el suelo del gimnasio, disfrutando su primera experiencia con alguien del mismo sexo. Al acabar ambos se volvieron a besar de nuevo. Los dos lo disfrutaron y ninguno se sentía mal por lo que habían hecho.
Su salvador lo acompañó a casa y le dio su número de teléfono. Él lo puso a buen recaudo, pues no tardaría mucho en recurrir a él.
El día llegó a su fin, pero una nueva historia había comenzado en aquél momento, una historia en la que no volvería a tener dudas sobre lo que era ni sobre lo que sentía de verdad, pues nadie podría reprocharle lo que había experimentado aquella tarde con aquella persona tan especial.




It was late, the sun had set a few hours ago but he was still at the gym. It was a place where he could think, a place to stop wondering about everything; it was the only place where he could feel peace for a couple of hours before reality set in.
The gym was empty, he was doing weight training, alone, until he showed up. He only knew him by sight even if he was training there, the same days, the same hours, following the same schedule. They only had said a vain "hello" or "can you get me that" to each other, but deep down he intrigued him.
He continued where he left off not paying much attention to the newcomer. He laid down on one of the benches and went on doing weight training. As he was lifting weight he felt his arms weaker and feared the weight would fall on him, but a hand helped him hold on to it. Without saying a word he helped him finish that exercise. When he took a look at who to thank, he saw those blue eyes that made time stop. His heart skipped a beat and blushed instantly. He had never felt that feeling before. He picked up his things embarrassed and went out of the room.
He went back home doing what he hated to most: think about an issue over and over again. He though over the feeling of seeing a gym mate going out of the shower or when he exchanged looks with another guy. Every day evidences were stronger. He feared admitting it but he was attracted by men and it was something he couldn't change.
Next evening he went back to the gym, hoping not to come across with him. He did as usual, even at the same time, just trying to focus on the exercise. But at the same time as always, hours after the sunset, he showed up again. They were in the opposite part of the gym but they could feel the tension in the air.
He finished his exercises and he got ready to leave. The guy that helped him out the previous day was still working out. He thought of going to thank him, but he feared the feeling he felt would appear again. He turned to gaze at him while he was reaching the exit: he was the same age and he was hot. He felt the blood pressure making something grow and being more obvious in the shorts he was wearing. In that moment he didn't know what to do. He tripped with a weight that was someone forgot to collect and fell backwards to the floor.
He felt so ashamed that he just wanted to disappear. However, the main issue was the bulge in his shorts. The guy didn't seem to notice that when he went to help him get up. He doubt whether to accept his hep or not but he eventually agreed. He got up with his help and then, there was another exchange of looks. He felt he was immersed in those blue eyes. The only words that came out of his mouth were "Thank you".
He dried the sweat from his forehead with the hand he still was holding. He moved his sweaty hair and ended up caressing his blushed cheek. Then, he placed his thumb on his lips, got closer and kissed him softly.
It was then when he realised he didn't have to worry about his concerns anymore. He took his head with his hand and kissed him back. They ended naked on the gym floor, enjoying the first experience with another guy. When they finished, they kissed again. Both had fun and none of them regretted having done it.
The guy walked him home and gave him his mobile number. He put it away carefully thinking he would soon use it.
The day arrived when they met again, but a new story had begun, a story in which he wouldn't have doubts about who he really was or what he felt. Nobody could reproach for what he had experienced that evening with that special person.

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