La preparación es vital para disfrutar de un buen revolcón. Esta preparación la podemos dividir en varias partes. Para que sea más sencillo dividiré la explicación en la parte “Pre-acto-sepsual” (antes del acto) y “En-acto-sepsual” (durante el acto).
- Pre-acto-sepsual:
Antes de iniciar el acto. Es importante tener en cuenta que los hombres somos más simples que un botijo, sólo tenemos un agujero por el que meterla (exceptuando la boca, obviamente) y tiene un inconveniente bastante evidente: por ahí hacemos de vientre.
Afortunadamente existen maneras de convivir con nuestro agujero y prepararlo para disfrutar al máximo. Respecto a la preparación del ano hay tres puntos importantes: La dieta, la limpieza y la dilatación.
- La dieta:
La dieta es muy importante ya que de ella depende la frecuencia con la que vamos al baño. Es muy importante hacer de vientre de 2 a 3 horas (aproximadamente, como tiempo ideal) antes de una penetración anal. Esto nos puede evitar más de un problema (que analizaremos en la etapa de “En-acto-sepsual”. Para lograr esto lo mejor es llevar una dieta alta en fibra así tendremos una regularidad suficiente como para follar sin problemas, aunque cada persona es un mundo. Otro consejo que os doy desde aquí es el de comer arroz el día antes de follar, parece una tontería pero funciona y, además, reduce el “miedo” que tenemos a hacernos de vientre mientras nos la meten (como sabéis el arroz es astringente, con lo que ayuda a evitar problemillas).
Otra manera de “vaciar el depósito” por decirlo de alguna manera es el uso de enemas o lavativas, que nos aseguran al 100% que vamos a vaciar todo el contenido de nuestros queridos intestinos. Se pueden adquirir en las farmacias sin que nos miren raro por pedirlas, aseguraos de seguir las instrucciones del prospecto a la hora de utilizarlas.
- La limpieza:
Después de ir al baño la limpieza es vital, por la propia salud del que recibe como por la de la persona que te la mete. Esto nos lleva a la siguiente regla:
“Culito limpio, culito feliz”
A nadie le gusta sacar el condón sucio del culo o los malos olores; hay que procurar tener el ano limpio. Para mantener limpio el ano tenemos varios métodos: El videt (eso que hay al lado de la taza del WC que no tenemos ni zorra idea de para qué sirve es un instrumento maravilloso para limpiarse el culete) y la ducha anal.
El primer método es de limpieza superficial, lo llenamos más o menos hasta la mitad de agua templada y nos sentamos encima. Con la mano cogemos agua del fondo y lavamos el ano, después con un poquito de jabón (si es de pastilla mejor, pero hacedme el favor de hacer espuma en la mano, no frotarlo directamente en el culo, por dios) lavamos la zona, después introducimos el dedo en el ano y lavamos hasta donde alcancemos. Es una manera rápida y eficaz de lavar la zona.
El segundo método lo podemos hacer mientras nos duchamos. Con una pera de goma (previamente desinfectada, que no queremos disgustos) cogemos agua templada y la metemos en el culo suavemente apretando la pera. El truco es aguantar la mayor cantidad de agua que se pueda y luego apretar el culo (en el WC) para sacarla (como si fuéramos a hacer de vientre). Se continúa hasta que el agua que sale salga limpia.
Otra manera es con una manguera especial de la ducha. Se quita la alcachofa de la ducha y se coloca ahí, se da el agua de la ducha y se pone tiesa cual rabo. La metemos en el culo y dejamos que haga su trabajo. Cuando nos sintamos “llenitos” hacemos lo mismo que en el caso anterior.
Es importante que si hacemos la ducha anal hay que esperar antes de follar, porque las mucosas del ano se tienen que regenerar. Si follamos en este estado nos vamos a irritar el ano muy rápido y seguro que salimos con más de una herida (y las fisuras anales, amigos, duelen y mucho).
- La dilatación:
Por último, después de hacer todo lo anterior, tenemos la dilatación. El ano no se dilata solo, si no lo dilatamos es muy poco probable que el rabo de nuestro amiguete de esta noche entre, y si entra corremos el riesgo de hacernos bastante daño y no disfrutar como dios manda. Lo que nos lleva a la siguiente regla:
“Si no dilatas esto no funciona”
Esto se puede hacer tanto antes como durante el acto, pero es importante hacerlo. Existen varias formas de hacerlo: Con las manitas o con ayuda de un plug.
Si queremos dilatar con la mano lo que tenemos que hacer primero es lavarla bien y cortarnos las uñas (lógico, ¿no?), después nos tumbamos tranquilamente en la cama y nos ponemso un poco de lubricante en el ano, masajeamos un poco la zona para ir calentando y luego untamos el dedo anular con lubricante y lo metemos en el culo poco a poco. Una vez dentro puede que sintáis ganas cagar, es normal, la sensación desaparece con la práctica.
A partir de aquí vamos haciendo círculos con el dedo para masajear las paredes del ano por dentro, y ya que estáis podéis aprovechar para encontrar vuestra próstata (generalmente es al fondo y pa’ arriba, pero cada culo es un mundo), si la tenéis dura mientras dilatáis la podéis diferenciar al tocar una especie de bulto duro y redondo, al tocarla da mucho gustirrinin, por algo es el punto G masculino (aprovechad para haceros la paja de vuestra vida).
Si queréis seguir más id metiendo más dedos, siempre usando lubricante. Con dos dedos suele ser suficiente, si os caben tres o cuatro perfecto, si os caben los cinco consideraos una máquina.
La segunda manera de dilatar es usando un plug anal. En los sexshop los venden de muchos tamaños y colorines, pero lo mejor es que os hagáis con un pak de 3 plugs de tres tamaños (pequeño, mediano y grande), sale bueno, bonito y barato.
Usarlos no tiene mayor misterio, se untan de lubricante y se meten en el culo, siempre con paciencia, estando relajados.
Estos juguetitos hay que meterlos hasta el fondo (tienen un tope, así que no os preocupéis por si se os vayan a quedar atrapados en el culo). Una vez en el fondo podéis dejarlos ahí un rato para que hagan su trabajo o pasar al siguiente tamaño. Normalmente con el mediano es con el que se trabaja mejor, si os ponéis una rutina diaria usando el mediano todos los días no tendréis problemas para meteros un rabo de tamaño estándar, además contribuís a ejercitar la musculatura de vuestra pared anal, con lo que se consigue más placer en la penetración.
Acordaos de lavar con agua y jabón los plugs después de usarlos, para secarlos lo mejor es dejarlos secar al aire. Existen productos especialmente diseñados para lavar los juguetes, no está de más cuidarlos un poco.
De cualquiera de las dos formas tenemos que tener en cuenta que hay que usar un buen lubricante para facilitar el paso de lo que nos vayamos a meter por el culo, lo que nos lleva a la siguiente regla:
“Si no lubricas esto no funciona”
Hay dos tipos diferentes de lubricantes: Los de base acuosa y los de base de silicona. Los primeros son más baratos y se adaptan a cualquier situación (para usar con juguetes, masturbarse, dilatar…), además son fáciles de quitarse de encima. La principal pega que tienen es que se secan bastante rápido, con lo que hay que usar más cantidad.
El segundo tipo, los de silicona, son más caros pero su acción dura bastante más, con un par de gotas tienes suficiente para dilatar tranquilamente, o para echar un buen kiki (porque no se secan por mucho que pase el tiempo). La pega que tienen es que son difíciles de quitar de la piel y del ano, hay que lavarse bien después de usarlos (con jabón). Para quitarlos del interior del ano lo mejor es ir al baño. Yo uso éste y la verdad es que me va muy bien, totalmente recomendado. Otra pega es que manchan bastante, como se os caiga en las sábanas ya las podéis limpiar un par de veces porque la mancha cuesta quitarla (¡Cuidado, las mamás están al acecho!).
En el siguiente capítulo nos metemos en materia, nunca mejor dicho, analizando una serie de técnicas para follar decentemente.
Hasta el siguiente capítulo me despido, espero que os haya gustado y ayudado ésta entrada.
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