El despertador suena como cada mañana.
De un salto me levanto de la cama, sin apenas tiempo para prepararme.
Tras desayunar y recoger mis cosas salgo a la calle.
Giro la esquina y camino hasta el bus.
Está hasta arriba de gente, como de costumbre.
Cierro los ojos, como cada vez que viajo,
esperando los 40 minutos muertos que me separan de mi destino.
Al llegar bajo a la calle de nuevo y vuelvo a caminar, sin apenas darme cuenta de por donde voy.
La puerta de la oficina está desierta a estas horas, tal y como me gusta.
Abro la puerta, tarde, como siempre, todos están ahí, y entre el gentío estas tú.
Te saludo y me siento en mi sitio a trabajar, como los últimos 5 años.
Las horas pasan lentas en este pequeño espacio, y más cuando estas cerca.
Consigo verte cuando levanto la vista de la mesa, pero sé que tú no me ves.
Puedo sentirte cuando pasas a mi lado, pero sé que tú no me sientes.
Hablamos un poco a la hora del café, palabras sin sentido salen de tu boca,
las únicas que pronuncias cuando estoy cerca.
Poco después vas al baño y, como siempre, voy contigo.
Mientras meamos me imagino que te poseo, que te amo y te beso contra la pared de azulejos.
Al acabar me excuso un momento mientras tú te vas, para apagar la pasión que se enciende en mí cada día desde que te conozco.
A la hora de salir nos despedimos hasta el día siguiente, un adiós breve y amigable, pero no el que espero.
Vuelvo a deshacer el camino y me quito la corbata y desabrocho la camisa mientras ando.
Los zapatos me rompen los pies con cada paso y el peso de la americana aumenta a medida que avanzo.
El bus me espera donde siempre, llevándome de vuelta a casa.
Dejo la americana y la corbata en la percha del armario al llegar y me preparo para comer.
El sabor no es el mismo cuando tú no estás cerca.
Al lavarme los dientes me miro en el espejo, el dormir poco me vuelve a pasar factura.
Ojalá estuvieras mirando al espejo a mi lado.
Me tumbó en el sofá a descansar de otro largo día de trabajo.
Parece que te siento junto a mí.
Cuando el sol empieza a ponerse voy al gimnasio. Las pesas y las máquinas no paran de sonar.
A veces cruzo miradas con alguno de los presentes, a veces se convierte en algo más que una mirada.
Pocas veces acabamos desnudos en la cama.
Mientras recorro su cuerpo con mis manos y entro en él imagino que te beso a ti y que es en ti en quien entro.
Termino la jornada de ejercicio golpeando el saco de boxeo con mis manos, sólo, sin nadie más cerca.
Aprendí por las malas que en esta vida hay que luchar, pero hay batallas que no se pueden ganar.
Tras ducharme vuelvo de nuevo a casa, a terminar otro día.
Las últimas horas del día se consumen mientras me desnudo y entro en la cama, demasiado grande para mí.
Como cada noche miro a mi izquierda, no estás a mi lado.
Cierro los ojos para que esta agonía acabe por un par de horas. Cierro los ojos para olvidar...
Hasta que sueño contigo.
The alarm clock rings like every morning.
I get up of bed quickly, without any time to prepare myself.
After eating breakfast and packing my stuff I leave home.
I turn the corner and I walk to the bus.
It’s crowded, as always.
I close my eyes, like every time I travel,
Waiting for 40 dead minutes that separate me from my goal.
When I arrive I walk into the streets again, without noticing where I am going.
The office’s door is desert in the morning, just as I like it.
I open the door, late, as always, everyone is there, so as you are, into the crowd.
I say hello and I take my seat in order to start working, like the past 5 years.
The time runs slowly in this tiny room, more when you are near.
I can see you when I look up from my table, but I know that you can’t see me.
I can feel you when you pass by my side, but I know that you can’t feel me.
We chat a little in the coffee break; meaningless words come out of your mouth,
The only ones you say when I’m near.
Then you go to the toilet and, as always, y go with you.
While we pee I imagine that I make love to you, that I fuck you and kiss you throw the wall.
When we finish I take a moment for me while you’re going, in order to calm the passion I feel since the day I met you.
When the work is over we say goodbye till the next day, a short and friendly farewell, but not which I expect.
I walk back to the bus stop and I put off the tie and unbutton my shirt while I’m walking.
My shoes are breaking my feet and the weight of my coat grows with each step I take.
The bus is waiting for me in the same place, bringing me back home.
I hang the coat and the tie in the wardrobe when I get home and I prepare lunch.
The taste of this food isn’t the same if you’re not close.
When I brush my teeth I look myself into the mirror, the lack of sleep is hitting me hard.
I wish you were here looking yourself into the mirror by my side.
I lay in the couch to rest from other long day at work.
I feel you by my side.
When the sun is hiding I go to the gym. The weights and the machines are making noise as always.
Sometimes I cross a glance with some of the people of the gym, sometimes it becomes in something more than a glance.
Just a few times we end naked in my bed.
While I touch his body with my hands and I fuck and kiss him I imagine that I’m fucking and kissing you.
I end my training hitting the punching bag with my fists, alone.
I learnt in a bad way that, in this life, you have to fight but there are battles that you cannot win.
After taking a shower I return to my home, another day ends.
I spent the last hours of the day taking off my clothes and going to bed, it’s too big for me.
Like every night I look to my left, you’re not by my side.
I close my eyes so this agony ends, just for a few hours. I close my eyes to forget…
Till I dream of you again.
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