"El ocaso estaba cerca, el sol empezaba a ocultarse por detrás de las amplias llanuras que rodeaban aquel campo de cultivo. Los años de trabajo en el campo con los cultivos y los animales habían hecho de Mick todo un hombre, sin embargo, era diferente a los demás.
No tenía ojos para ninguna mujer, sólo los tenía para uno de sus compañeros de trabajo, Gary, que compartía con él las largas horas de trabajo. Sin embargo no podía arriesgarse a decirle nada, pues en su zona eso era casi un crimen, algo antinatural, algo repudiable y denunciable.
Pero él sabía que Gary sentía algo por él. Lo intuía, había algo que le decía que su era como él, su mirada cuando le miraba, su actitud amable y tierna hacia él, la falta de reparos para expresar físicamente su cariño en la intimidad.
Un día se quedaron solos mientras estaban guardando el heno en el establo, fue ahí donde todas sus sospechas se confirmaron. Mientras Mick guardaba el heno Gary dejó caer la pala que estaba manejando y puso la mano en su espalda. Era una mano cálida y amable.
Quería hablar con el de hombre a hombre, y decirle que los dos eran iguales, que el sentía algo por él y que no le importaba lo que dijeran los demás. En ese momento comenzaron a verse más a menudo, siempre de forma muy discreta y alejados de la vista de los demás.
Hasta que un día, después de conocerse a fondo y haber compartido más que con cualquier otra persona se decidieron a dar el siguiente paso.
Quedaron en el lugar más discreto que conocían y ahí surgió todo: El primer acercamiento serio, piel con piel, labios con labios y alma con alma. Volvieron a nacer en aquel momento de armonía mutua.
Poco después se despojaron de los sombreros y de la ropa e hicieron el amor por primera vez ahí mismo, bajo la mirada de la luna y de las estrellas que brillaban en el cielo".
"The dawn
was near, the sun was about to hide behind the wide plains that surrounded that
farmyard. The years working in the farm made Mick a man, but he was different
from the other guys.
He didn’t
like women; he only liked his workmates, Gary, who spent with him the long hours
of work. But he couldn’t take the risk of telling him anything because, in his
town, that was a crime, something unnatural, disgusting and indictable.
But he knew
Gary felt something for him. He sensed it, something told him that Gary was
like him, his look when he looked at him, his kindness… He had no fear of
showing his affection to him in the intimacy.
One day
they were alone while they were putting away the hay, which was the moment when
all his doubts cleared. While Nick was putting away the hay Gary dropped his
shovel and put his hand in Mick’s back. It was a kind and warm hand.
Gary wanted
to talk, from man to man, and tell him that both were equal, that he felt
something for him, no matter people said. In that moment they started to met
each other more often, always with the greatest discretion and away from the
people’s look.
Until one
day they went a step further, after knowing each other more than they had ever
done with another person.
They met in
the most discreet place they knew and there it happened: The first approach,
skin with skin, lips to lips and soul to soul. They bore again in that moment
of mutual harmony. A little bit after they dropped their hats and clothes and
made love for the first time, under the moon and the shining stars that were
looking at them from the sky".
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